jueves, octubre 12, 2006

Capitulo 2. La asamblea

CAPITULO 2
La asamblea

Habían pasado unas horas desde que se ocultara el sol y la luna iluminaba el arrecife con una calida luz a medio camino entre un tono azulado y un tono plateado. Como todas las noches desde el principio de los tiempos en nuestro arrecife había luna llena. Los leds azules no daban para mas sin un autómata que programara los ciclos lunares de modo que en nuestro arrecife todas las noches lucia la luna llena.

Bajo las diminutas ondulaciones que se producían en la superficie, merced a la alternancia en la potencia de las bombas que movían el agua, había un gran numero de colonias de coral que extendía sus pólipos como si trataran de alcanzar la luna. Aunque mas bien, estos pólipos eran, en conjunto, como una gran red tendida a la corriente para tratar de pescar toda suerte de diminutos organismos que se movían por la columna de agua al amparo de las sombras nocturnas.

Justo en el centro del arrecife se encuentra uno de estos corales ocupando una superficie considerable, formando un circulo casi perfecto, con un diámetro de casi medio metro. De este modo el coral formaba una suerte de techo sobre las rocas que tenia debajo y por la disposición de estas quedaba una amplia sala bajo el. Esta era una sala con dos alturas bien diferenciadas: una a ras de suelo en la arena y la otra a mitad de camino del techo conformada por la caprichosa forma de las rocas.

Justo donde acababa la arena de coral y comenzaban a ascender las rocas estas empezaban a estar tapizadas por una colonia de pequeños plumeritos. Los plumeritos son en realidad gusanos anélidos con el cuerpo segmentado y una suerte de plumas alrededor de la boca que utilizan para capturar el alimento. Cada gusano vive en su propio tubo flexible creado con secreciones de su mucosa y partículas adheridas de la columna de agua. Desde el suelo hasta donde alcanzaba la vista toda la superficie de la roca estaba cubierta por estos diminutos macarrones rellenos de gusano y todos abrían sus penachos de plumas blancas al unísono dándole a la superficie de la roca un aspecto algodonoso.

Delante de la colonia de plumeros tanto en la arena como en las rocas colindantes habían empezado a congregarse todo tipo de diminutos habitantes del arrecife.

A la derecha, bajando desde las rocas que continuaban en vertical por uno de los flancos del inmenso plato verde que le daba forma al techo, bajaba un grupo de diminutos caracoles mitra con sus pequeños cuerpecillos acorazados de no mas de 1 cm. Resultaba pintoresco ver aquella pequeña manada de caracoles bajando por la pared vertical con su diminuta trompa saliendo de la parte frontal de su caracola. La trompa de los caracolillos se movía a un lado y a otro conforme estos avanzaban como si se tratara de algún sensor que recogía información para que su dueño pudiera seguir la ruta correcta.

Por el flanco derecho se acercaban un grupo de pequeñas estrellas asterinas que descendían pegadas a la roca fundiéndose con la superficie rugosa de esta. Cada estrella era distinta a las demás dado que prácticamente ninguna de ellas tenia su cuerpo completo ni el mismo numero de patas. Así había estrellas con dos, tres, cuatro y hasta nueve patas que habitualmente no tenían todas el mismo tamaño. Con todo esto el conjunto de estrellas arrastrándose, al unísono, pegadas a la roca daba la sensación de ser los macabros restos de cuerpos antes conexos que pugnaban por volver a estar unidos de nuevo.

Por la arena podían divisarse toda suerte de gusanos. Pequeños anélidos de cuerpo segmentado cuyos cuerpos apenas superaban unos milímetros de diámetro pero que alcanzaban, por el contrario, longitudes de mas de la decena de centímetros, semejando de este modo unos extraños espaguetis de color anaranjado. Serpenteaban entre los granos de arena con parte de sus cuerpos sobre la arena y parte enterrada bajo la arena.

Justo donde terminaba la arena y comenzaba a alzarse la pared de rocas se podían divisar aquellos anillos anaranjados que salían y entraban por los cientos de oquedades de la roca de tal manera que no se podía saber a ciencia cierta si pertenecían a un regimiento de gusanos o eran la parte visible de un inmenso gusano que se retorcía en el interior de la roca.

Así estaban las cosas cuando Strombus y Lysmata llegaron al lugar de la reunión para atender el asunto que los había traído aquí esta noche.

- Ves cascarrabias como hemos llegado de los primeros – dijo Lysmata – aun no ha comenzado ni nada.
- De los primeros!! – exclamo Strombus – Si esto parece la entrada del metro en hora punta.
- Pero mira que eres gruñón. Además que sabrás tu como esta el metro a la hora punta, ni a ninguna hora. Si tu no has salido nunca de nuestro arrecife.
- Como que no!! Yo nací libre!! Vivía en un mar de aguas cristalinas sobre una playa de arenas blancas y con un sol que te tostaba hasta la caracola.
- Ya vas a empezar a contarme tus batallitas de viejo chocho.
- Que batallitas ni que caracola muerta. Yo estaba tan tranquilo metiendo la trompa entre la arena a ver que encontraba de papeo cuando de repente apareció aquella monstruosidad.
- Vale hoy toca una historia de terror – interrumpió Lysmata jocosa.
- apareció aquella monstruosidad llena de pelos y muñones – continuo elevando el tono Strombus – y lo siguiente que recuerdo es que estaba en una bolsa de plástico con el sol quemándome la trompa.
- Eso es porque del miedo que te entro en el cuerpo te escondiste en tu concha un buen rato.
- Pero que graciosa eres!!. A ti tenia que haberte visto yo en ese trance. Bueno después de eso comenzaron los viajes. De la bolsa me llevaron a una cuba de plástico donde había cientos de mis congéneres hacinados. No te puedes imaginar lo que era aquello con tanto colega dando saltos y sin un triste grano de arena donde enterrarte. Menos mal que duro poco y antes de darme cuenta estaba en otra bolsa dentro de una caja blanca de poli estireno expandido.
- Bueno y esta aburrida historia que tiene que ver con el metro en hora punta.
- Si me dejas terminar te lo podré contar – dijo con cierta ira.
- Vale, pesado. Anda termina ya.
- Después llegamos a otra cuba pero esta ya era mas parecida a nuestro arrecife, solo que no había rocas y apenas unos granos de arena en los que a duras penas enterrabas media caracola, quedándote el resto de la caracola al descubierto. Me entere después, que hasta allí habíamos llegado en un avión y que estábamos a una distancia incomprensible de nuestros calidos mares.
- Pero esto no iba del metro. – expetó Lysmata nerviosa – Que pinta un avión ahora.
- Si te esperas te enteraras listilla. – gruño Strombus – Resulta que aquello tampoco duro mucho tiempo y pronto nuestro amo me rescato pronto de allí. Para traerme hasta aquí y poder disfrutar de tu agradable compañía – lo dijo dirigiéndole una mirada de reprobación – me metieron en una bolsa de nuevo. Pero esta vez la bolsa la colocaron dentro de otra bolsa mayor y por una rendija pude ver durante todo el tiempo que permanecí en ella. Fue así como conocí el metro en hora punta porque nuestro amo me trajo hasta nuestro arrecife usando ese medio de transporte.
- Ala toda esta historia para decir que te montaste en metro desde la tienda de animales hasta la casa del amo. Pues podías haberla resumido chico que te haces muy cansado. Espero que esto empiece pronto porque como tenga que escuchar mas batallitas tuyas me va a dar algo.
- Es que desde luego eres ……

Pero Strombus no pudo terminar la frase porque justo en ese momento muy cerca de ellos estaba llegando un enorme gusano de fuego que venia dando voces arengando a todos los gusanos que se encontraba a su paso.

- Adelante compañeros!! Caminad en armonía y con marcialidad!! Que se note que somos unos tipos organizados!! Que no se piensen que van a intimidarnos ni por un instante.

El gusano avanzaba con buen ritmo adelantando a todos los demás gusanos que se arrastraban por la arena.

- Quien es ese hortera que llega dando voces – pregunto Lysmata.
- Es Flap – contesto Strombus – Un tipo un tanto pesado y un mucho neurótico. Es un extremista que ha formado una especie de sociedad con todos los gusanos que ha podido captar. Es mas si eres un gusano o estas de su lado o estas contra el.
- Pues vaya, lo que nos faltaba.

Mientras tanto Flap continuaba su camino hacia donde estaban Lysmata y Strombus arqueando su cuerpo sobre la arena. No caminaba como los otros gusanos enterrándose a medias en la arena, sino que andaba sobre ella ayudado por las llamativas cabelleras que tenia a lo largo de todo el costado. Estas cabelleras en apariencia pelos, consistían en unas fuertes cerdas quitinosas que servían tanto para ayudar al gusano en sus desplazamientos, tanto como arma defensiva. A ellas debían el sobrenombre de gusanos de fuego, ya que el contacto con estas cerdas era tan doloroso como una quemadura, o quizás mas.

Ya estaba Flap a la altura de nuestros dos amigos cuando asomo por entre uno de los huecos de la roca una forma serpenteante mucho mas grande que el propio Flap, de un color marrón claro a rayas marrones oscuras. Su textura era distinta a la de los demás gusanos ya que no tenia el cuerpo segmentado. La parte superior era mas o menos lisa y la parte inferior asemejaba a una cadena dentada.

- Cuidado Flap – empezó a decir Lysmata en tono jocoso – ese gusano es mas grande que tu.
- Pero que dices, eso no es un gusano. – contesto Strombus – Eso es la pata de una ofiura. Las ofiuras son unos equinodermos …
- Perdón señorita – interrumpió Flap – nos conocemos??
- Pues no tengo el gusto – contesto Lysmata.
- Si, yo tampoco creo que nos conozcamos. – contesto en un tono un tanto carameloso – Recordaría un cuerpo como el suyo durante toda mi existencia.
- Adulador!!
- Vera señorita, no quisiera que se haga una primera impresión equivocada acerca de mi y mis compañeros. No somos un grupo de extremistas y reaccionarios. – su tono era suave pero convincente – Es solo que tenemos que organizarnos y tomar partido porque si no nuestro modo de vida peligra y nadie va a venir a resolvernos los problemas si no los resolvemos nosotros.
- Organizarnos??
- Si, hay que organizarse para que juntos podamos ejercer mas presión y conseguir nuestros objetivos. Yo, modestamente, he comenzado con la creación del F.L.A.P,
- El F.L.A., eso que es??
- El F.L.A.P., señorita, es el Frente de Liberación de Anélidos Poliquetos. Una organización …..
- Una organización de extremistas que quiere imponer sus criterios por la fuerza y que esta contra todo aquel que no esta con ellos – interrumpió Strombus, aun enojado por la interrupción de Flap y como estaba actuando como si el no estuviera allí.
- Hombre, pero si es el amigo Strombus!! No te había visto. – contesto Flap con desprecio – Tu siempre tan conservador, tan inmovilista y tan condescendiente con todo lo que pasa a tu alrededor. Que hará falta para que reacciones de una vez ante ….
- Pero bueno que es todo este alboroto. – resoplo una voz desde el lugar por donde hace unos instantes había comenzado a salir la pata de la ofiura – Es que ya no pude una ni salir a dar un paseo nocturno tranquila.

Por la hendidura de la roca, donde antes solo asomaba una pata serpenteante, ahora asomaban otras tres patas mas y un cuerpo con la forma de una moneda completamente desproporcionado en tamaño con las patas. Acababa de salir de su escondite entre las rocas una ofiura con el cuerpo no mucho mas grande que una moneda de dos euros y unas patas de mas de diez centímetros, finas y alargadas.

Justo cuando Flap se disponía a contestar a quien se había atrevido a interrumpir la merecida respuesta al maldito reaccionario de Strombus se oyó un chasquido como una pequeña detonación en lo alto de las rocas. Todo el mundo volvió la vista hacia el chasquido para ver que es lo que significaba.

allí en lo alto de las rocas, justo en la segunda altura bajo el techo de coral se encontraba un cangrejo mitrax de un tamaño considerable, escoltado por otros dos compañeros de especie con unas proporciones un tanto mas moderadas.

Estos cangrejos se habían autoproclamado en los dirigentes del turno de noche en el arrecife. Esto era de esperar ya que su tamaño unido a su fuerza y su formidable coraza los hacia unos enemigos formidables en caso de disputas. De modo que nadie se atrevía a cuestionar su liderazgo por miedo a tener que enfrentarse con ellos. Además aun siendo feos con avaricia con aquellas patas peludas y esos caparazones rugosos, gozaban del beneplácito del amo ya que habían logrado controlar de modo eficiente varios brotes de algas indeseables que habían traído al amo por el camino de la amargura.

A los pies de los tres cangrejos se encontraba la alfombra de plumeritos extendiéndose por las rocas a lo largo de toda la cueva. Cuando aparecieron los tres cangrejos toda la alfombra, al unísono, estallo en un murmullo.

Sculptus, el líder de los cangrejos y por supuesto el de mayor tamaño se encontraba un poco mas adelantado que sus compañeros, justo en el borde del saliente de rocas, de modo que para la concurrencia que allí se encontraba parecía estar en alguna especie de pedestal. Un paso mas atrás se encontraban sus dos congéneres guardaespaldas y a su izquierda un pequeño camarón pistola con un tamaño, al menos, tres veces menor que el.

Sculptus permanecía inmóvil mirando a la multitud que se congregaba ante el. Hizo un gesto imperceptible al camarón que se encontraba a su izquierda y este emitió un nuevo chasquido con una de sus pinzas. La reacción fue inmediata y todos los murmullos acallaron. El silencio reino de repente en toda la reunión.

- Camaradas – comenzó a decir el camarón – El camarada Sculptus ha convocado esta asamblea y quiere comunicaros algo importante. Algo de vital importancia para todos nosotros y para el futuro del arrecife. Algo que afectara a nuestro modo de vida. Algo que cambiara el actual status quo para peor. Algo que puede poner en peligro nuestra propia existencia.

En ese preciso instante llegaban Caracola y Caracolo a la improvisada asamblea en la cueva bajo el techo de coral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está de puta madre, socio...

Tienes una estupenda capacidad para la narrativa...