sábado, noviembre 25, 2006

Capitulo 3. Revelaciones

- Ves lo que te dije Caracolo ya hemos llegado tarde – espeto Caracola.
- Anda ya, si aun no ha empezado, no ves que están con las presentaciones – contesto Caracolo – Calla que no me entero de lo que dicen. Tira para allí delante que es mejor sitio que este.
- Venga vale gruñón.

El camarón pistola continuo machaconamente presentando la situación de un modo dramático al tiempo que iba preparando a la concurrencia para la entrada en escena de Sculptus. Todo formaba parte de una coreografía perfectamente sincronizada para conseguir que la audiencia fuera mucho mas receptiva a lo que tenia que decir el autoproclamado líder del turno de noche.

El camarón callo por un instante, durante el cual reino un silencio absoluto entre todas las criaturas que habían asistido a aquella asamblea. Este era el momento que estaba esperando pacientemente Sculptus para comenzar su exposición. Dio un paso adelante y quedo justo al borde del promontorio de rocas.

La sensación para la mayoría de los asistentes a la asamblea era la de estar postrados ante alguien que se había subido a un pedestal y les hablaba desde un nivel superior al que ellos se encontraban. Esto era bien cierto para la mayoría de los que habían acudido a la reunión ya que se encontraban a ras de suelo mientras que Sculptus se asomaba por encima de sus cabezas desde el improvisado pedestal de rocas. Tan solo unos pocos que habían acudido a la reunión por las rocas adyacentes estaban a la misma altura, o incluso mas elevados, que Sculptus.

El pequeño camarón dio un paso atrás al tiempo que Sculptus comenzaba su discurso.

- Camaradas, compañeros, habitantes todos del arrecife – comenzó con tono autoritario el discurso que tenia ensayado – Os he pedido que vinierais aquí esta noche para comunicaros algo de suma importancia para todos nosotros. Algo que puede cambiar nuestra forma de vida. Algo que ya esta en marcha y, que si no conseguimos pararlo, puede significar incluso nuestra aniquilación.

Hizo una pausa para dejar que sus palabras calaran en la concurrencia y continuo con su perorata según los tempos que había ensayado previamente.

- Compañeros, amigos, se avecinan malos tiempos para nosotros y para el arrecife en el que vivimos. Las cosas van a cambiar y lo harán para peor. Tan terrible es la cuestión que pude que muchos de nosotros ni siquiera estemos aquí para ver todos los cambios que se avecinan, porque puede que después de los primeros embates algunos hayan sido borrados del mapa y su existencia no sea mas que un triste recuerdo en nuestras memorias.
- Vosotros que tenéis una vida cómoda. Vosotros que os habéis acostumbrado a vivir sin preocuparos por los depredadores. Vosotros que esperáis a que la comida caiga del cielo sin tener que esforzaros para conseguirla. Todos vosotros corréis el peligro de ver vuestro modo de vida completamente destruido. No penséis que serán cambios menores que os harán algo mas difícil la vida. Os hablo de cambios que pondrán en peligro vuestras propias vidas y las de vuestros descendientes. Os hablo en algunos casos de la aniquilación total.
- Amigos, cuando os cuente lo que sospechaba desde hace algún tiempo y que ahora, se con total certeza, os daréis cuenta que mis palabras no son fruto de un alarmismo desmesurado. Seréis plenamente conscientes que todo cuanto os digo que va a ocurrir ocurrirá y que ello conllevara la muerte de muchos de nosotros y el exterminio de algunas de las especies representadas en nuestro arrecife.

Hizo una pausa para ver si sus palabras estaban teniendo el resultado esperado y lo que vio lo lleno de satisfacción. Recorrió con sus ojillos saltones toda la concurrencia que dominaba desde su atalaya y todo lo que pudo ver fueron caras de asombro y expresiones de temor.

El asombro era tal que nadie lograba articular palabra. Sculptus espero unos instantes y justo cuando parecía que el silencio reinante en la reunión estaba a punto de ser roto por alguna voz, comenzó de nuevo con su discurso.

Tenia la atención de su publico, toda su atención, y esto es justo lo que necesitaba para que lo que iba a decirles a continuación tuviera el efecto que el esperaba, que el necesitaba.

- Si compañeros, aunque no salís de vuestro asombro, aunque veo en vuestras rostros y en vuestros cuerpos una mezcla de asombro y de incredulidad, aunque las noticias que tengo que daros no son halagüeñas. No tengo otra alternativa que deciros esta noche aquello que se con absoluta certeza, porque, quizás, aun quede una esperanza de poder cambiar las cosas, y por pequeña que sea esa posibilidad tendremos que aferrarnos a ella con todas nuestras fuerzas.
- Todos sabéis que El Amo vela por nosotros y por el arrecife. sabéis que una de sus principales preocupaciones es la de mantener el arrecife impoluto y rebosante de vida. Todos sabéis el cariño y el mimo con el que cuida de nuestro arrecife y de nosotros. Para él no hay criatura grande o pequeña, de colores brillantes o poco coloreada, divertida o aburrida, útil o inútil. Para él todas y cada una de las criaturas que vivimos en el arrecife somos especiales y a todas nos mima por igual, ya sea el más colorido de los peces, el mas llamativo de los corales o el mas humilde de los anfípodos.
- El Amo nos cuida y nos provee porque esa a sido siempre la mayor de sus satisfacciones. Pero El Amo ha caído en las redes del maligno. Se ha dejado engatusar por sus zalameras palabras, se ha dejado tentar por el maligno y esta a punto de cometer toda serie de atrocidades contra nosotros y contra su querido arrecife.

Una voz trono desde abajo con tal ímpetu que sonó por encima de las palabras de Sculptus. Fue tal la sorpresa que le produjo que alguien se atreviera a interrumpir su discurso que por un instante callo y no dijo palabra.

- Blasfemia – grito una voz encolerizada justo delante de Sculptus, era Strombus – Eso que dices es una blasfemia y una barbaridad. Como se te ocurre ni tan siquiera pensar que podemos quedarnos impasibles mientras calumnias a El Amo para que nos volvamos contra él.
- Es ese fundamentalista de Strombus – le susurro de modo imperceptible el camarón pistola a Sculptus – Ya sabíamos que no toleraría que se hablara mal de El Amo.

Todas las miradas se volvieron hacia Strombus por lo que nadie pudo ver la expresión de ira que se dibujo en el rostro de Sculptus. Como podía estar ocurriendo aquello. Como era posible que ese dinosaurio antediluviano anclado en el pasado pudiera estar arruinándole todo el discurso que con tanto mimo había planeado. Tenia que hacer algo y tenia que hacerlo ya, o seria demasiado tarde.

- Amigos – dijo a voz en grito para luego bajar un poco el tono y continuar de modo mas afable – Amigos, yo no tengo nada contra El Amo y se que tenemos que agradecerle muchas cosas. Se que nuestra existencia es mucho mas sencilla y placentera gracias a él. Pero como vuestro compañero me veo en la obligación de exponer unos hechos terribles para todos nosotros y si eso conlleva cuestionar a El Amo, entonces no me queda mas remedio que cuestionarlo.
- No me tachéis de blasfemo o de loco – continua ahora que de nuevo tenia la atención de todo el mundo – no penséis que soy un agorero. Tan solo voy a exponeros aquello que a llegado a mis oídos y que considero de vital importancia comunicaros para que podamos decidir que hacer en pro de garantizar nuestra propia existencia y la continuidad del arrecife tal y como lo conocemos.
- Lo que tengo que deciros es que El Amo ha sido tentado por el maligno con una de sus mas terribles promesas. Es la mas terrible porque es a la vez la mas engañosa y la mas atractiva de todas ellas. Es la mas atractiva porque apela a la vanidad del Amo allí donde esta es más débil y porque le promete lo que mas anhela. Pero a su vez es la mas engañosa porque acarreara unos cambios para el arrecife y para todos nosotros que pueden dar al traste con la misma estabilidad de todo el sistema.
- Si amigos, el maligno a tentado a El Amo con el Sistema Ceovil!! Lo ha tentado con la peor de las atrocidades que pude cometerse contra el arrecife y contra todos nosotros a cambio de un calidoscopio de colores para sus corales. El maligno ha conseguido con sus engaños que El Amo anteponga los corales a todos los demás seres del arrecife. Ha conseguido que de la noche a la mañana algunos hayamos pasado a ser ciudadanos de segunda y otros, en cambio, han sido encumbrados a lo mas alto de la escala social.

De nuevo las caras de asombro y, porque no decirlo, de ignorancia. Sculptus contaba con ello. Contaba con que nadie en el arrecife conociera el Sistema Ceovil y de este modo poder utilizar la información a su antojo para poder conseguir sus objetivos. Si bien estaba plenamente convencido que el Sistema Ceovil era perjudicial para muchos de los allí presentes, siempre podría usar la ignorancia de ellos para magnificar la información y hacérsela llegar según sus propios intereses.

- Compañeros – continuo Sculptus – estaréis preguntándoos que es el Sistema Ceovil y como puede afectarnos a nosotros. Pensareis que soy un agorero al plantear este sistema como el Apocalipsis, pero os aseguro, sin entrar en detalles técnicos, que es algo nefasto para todos nosotros.
- Esto es imposible – se oyó de modo imperceptible desde el fondo – no puede ser eso mataría todas las algas y el Amo tiene algas en el refugio.
- No quiero entrar en detalles técnicos que alargarían esta reunión – prosiguió Sculptus haciendo oídos sordos a la voz casi inaudible que había hablado sobre las algas – pero tengo que deciros que el sistema traerá muchas calamidades para nosotros a cambio de vanas promesas de mejoras para el arrecife.
- Si implanta ese sistema – de nuevo la débil voz al fondo – matara todas las algas del refugio. El Amo adora su refugio tanto como el arrecife.

Todas las miradas se volvieron al fondo, pues esta vez si se habían percatado de la voz que había hablado sobre las algas y el refugio. El problema es que nadie en todo el arrecife había visto algas desde que El Amo las erradicara hacia ya mucho tiempo, y mucho menos habían oído hablar de un refugio.

Sculptus estaba a punto de estallar. El asunto se le estaba yendo de las manos y la tan cuidadosamente planeada asamblea no estaba dando el resultado deseado. De modo que en un momento de debilidad, perdió la concentración y cometió el erró de preguntarle a la criatura que había hablado desde el fondo de la reunión.

Desde su privilegiada posición había podido ver desde el primer momento que se trataba de un pequeño anfípodo que estaba rodeado por un grupo numeroso de congéneres.

- Perfecto – pensó – primero el fundamentalista y ahora un grupo de esa secta de pirados que venera al Gran Podo. Malditos hippies.
- Dime amigo – pregunto en el tono mas afable que pudo articular en aquel momento de ira – como sabes que con el sistema morirán las algas. Que es eso de un refugio que nos comentas.
- Para conocer el refugio – contesto el anfípodo – hace falta realizar el Gran Viaje. Solo los iniciados pueden pretender realizarlo y tan solo los elegidos consiguen superarlo. Durante el Gran Viaje conocerás el refugio si sigues el sendero correcto ….

Las explicaciones del anfípodo quedaron interrumpidas porque sus congéneres se abalanzaron contra el reduciéndolo y evitando que continuara hablando. Esto hizo que el desconcierto se adueñara de todo el mundo.

Sculptus veía como todo se precipitaba desde un abismo. Estaba perdiendo el control y no había conseguido implantar el miedo que necesitaba para que las masas lo siguieran y de este modo poder conseguir sus propósitos. Tenia que hacer algo para retomar el control, y tenia que ser algo definitivo que le diera el empujón final que necesitaba, la reunión se estaba alargando demasiado y no podría mantener la atención de los presentes por mucho mas tiempo.

Hace un instante eran suyos, los tenía donde quería y solo necesitaban un empujoncito para volver a ponerlos en el mismo sitio. De pronto se le ocurrió una idea. Era una apuesta arriesgada y sabia que no era cierta, pero tal y como estaban las cosas no le quedaba mas remedio que jugársela. Además seguro que aquel loco paramilitar estaría a la altura de las circunstancias.

- Amigos, las palabras de nuestro compañero serán tenidas en cuenta y debidamente analizadas. Pero ese no era el objetivo de esta reunión. Esta era una reunión para informaros de las circunstancias que nos acontecen. Ya tendremos tiempo para presentaros un estudio detallado de las consecuencias que nos acarrearan los actos del Amo. Os aseguro que las consecuencias serán terribles pero, insisto que ahora no es el momento de debatirlas, al igual que no es el momento de decidir que haremos al respecto.
- Pero si quiero deciros una de las primeras consecuencias que tendrá la implantación del Sistema Ceovil. La primera de las consecuencias será la total eliminación de la arena del arrecife. No quedara ni un solo grano de arena y solo habrá un desierto yermo de cristal entre las rocas.
- Eso es imposible – bramo la voz de Flap – si esto ocurre entonces se producirá la mas terrible de las hambrunas que podamos conocer. Si esto es cierto entonces será la guerra y el F.L.A.P. se movilizara en primera línea de combate. Desde hoy declaro al F.L.A.P. en estado de alerta permanente hasta que sepamos como se van desarrollando los futuros acontecimientos.

Sculptus sonrió de forma imperceptible. Después de todo había gente con la que siempre se podía contar.

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